Una estrella azul en Veleia

Sus descubridores han recomendado prudencia. Se trata de algo lógico en cualquier investigación, aunque también es cierto que “prudencia” es lo primero que suele decirse cuando no se está seguro de hasta dónde puede llevar el propio alcance de un descubrimiento.

Y es que no es para menos. Los vascos enamorados de la protohistoria y la época romana estamos de enhorabuena. A menos de 10 kilómetros de Vitoria-Gasteiz (Álava, Euskal Herria), los arqueólogos del proyecto Iruña-Veleia III. Milenioa acaban de destapar el cofre del tesoro.

Iruña-Veleia fue la capital de los caristios, una de las tribus de Vasconia que se romanizó con la llegada de las legiones y las grandes rutas comerciales. Situada en el recorrido de la vía Astorga-Burdeos, durante los primeros siglos de nuestra era Veleia floreció romana sobre un sustrato indígena.

Hasta ahora la ciudad caristia había proporcionado informaciones valiosas a los investigadores, pero los nuevos hallazgos encontrados en Veleia son tan sorprendentes e inesperados que parecen abocados a reescribir la historia.

Y aunque lo normal es que las sorpresas lleguen de una en una, en este caso han llegado una detrás de otra: se trata de una serie de hallazgos que revolucionan la historia de este rinconcito del mundo y de parte del resto.

Una vez más, una desgracia de pasado ha permitido que tengamos una información sorprendente. Un incendio en la denominada domus de Pompeia Valentina provocó el derrumbe de de una parte de la cubierta de la casa, sellando con ello una serie de objetos que pueden proporcionarnos una información valiosísima. Es allí donde los arqueólogos han encontrado un paedagogium, una zona dedicada a la educación de los pequeños de la casa.

Euskera, jeroglíficos y “padre nuestro”

En cuanto a contenido se refiere, lo hallado en tal recinto es, a todas luces, espectacular. Grafías con términos en euskera, inscripciones en jeroglífico egipcio, referencias a la historia de Egipto en latín y representaciones cristianas en una zona que hasta ahora se creía completamente gentil hasta el siglo V.

Al parecer el encargado de la educación de los niños de esa domus era alguien de que dominaba la escritura y la historia egipcias, algo completamente inusual en unas fechas tan tardías y en una esquina del imperio tan alejada de África. Todo parece apuntar a que fue un instructor egipcio el elegido para educar a los hijos de una familia que había adoptado el cristianismo como fe.

Exceptuando algunos nombres propios encontrados en estelas, hasta ahora las palabras más antiguas conservadas en euskera escrito se surgieron en el monasterio de San Millán de la Cogolla. Una placa recuerda allí al visitante que el monasterio es la cuna del euskera escrito: “La Academia de la Lengua Vasca y el Instituto de Estudios Riojanos y la Orden de Agustinos Recoletos en conmemoración del milenario de las primeras frases en lengua vasca”. Una placa que a partir de ahora deberá ser revisada, ya que inscripciones encontradas en Veleia como “urdin izar” (estrella azul), o “gure ata” (padre nuestro) son siete u ocho siglos más antiguos.

Los arqueólogos de Iruña Veleia han encontrado además un Calvario que parece ser la representación más temprana de la muerte de Cristo. Podría tratarse de la imagen de este tipo más cercana cronológicamente a la vida de Jesucristo.

Tanto la representación del Calvario como el hecho de que las primeras palabras escritas encontradas hacen referencia a un padre nuestro en euskera hacen suponer que el cristianismo estaba arraigado en estas tierras mucho antes de lo que se pensaba.

Lo más apasionante es que los arqueólogos apenas han comenzado a arañar el yacimiento de Iruña-Veleia. Serán necesarias décadas de investigación para dar luz a los muchos puntos oscuros que presenta el comienzo de nuestra era en estas tierras.

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