En tan sólo unos meses España comenzará a inyectar dióxido de carbono en el subsuelo, en una instalación experimental situada en la localidad burgalesa de Hontomín.
Se trata de una práctica polémica. Para algunos, ayudará a luchar contra el cambio climático. Otros creen que el proceso conlleva más inconvenientes que ventajas. Recogemos las aportaciones de Manuel Enrique Figueroa, catedrático de Ecología de la universidad de Sevilla; José Ramón Obeso, catedrático de biología en la Universidad de Oviedo, Isabel Suárez Díaz es Jefa de Servicio de Recursos Energéticos del Instituto Geológico y Minero de España y Raquel Montón, responsable de la campaña nuclear de Greenpeace.
Carbono enterrado (edición especial podcast)